El cadáver de una niña fue encontrado en una papelera con el cordón umbilical atado al cuello; a la madre la encontraron inconsciente por la pérdida de sangre a la puerta de su habitación.
El caso fue asignado a la doctora Livingstone, psiquiatra, quien debe determinar si está o no en su sano juicio.
Nadie sabe como ha ocurrido, ni tampoco quién es el padre. La madre Miriam Ruth, superiora del convento, afirma que Agnes es “especial” y cree en su inocencia.